miércoles, 23 de septiembre de 2009

Capítulo 3. El radar del Dragón.

Capítulo 3
El Radar del Dragón

Cansado y hambriento me dirigí hacia mi humilde morada en las cercanías del reino de Globians, un suculento manjar aguardaba por mí sobre la mesa, el manjar consistía en una enorme Whopper, papas y soda que puedes adquirir en tu Burger King más cercano por tan sólo 59.90 (Para anunciarse en mi relato comunicarse al 01-800-jódete, mis operadoras le atenderán.), me senté en la rústica silla del comedor, incliné la cabeza un poco y opté por tratar de hacer las pases con Dios, agradecí a nuestro señor Jesupisto por los alimentos que sobre mi mesa yacían. Pero al parecer no se hallaba del todo contento conmigo, pues súbitamente apareció sobre mis papas esa despreciable sustancia roja elaborada a base de tomate y condimentada con vinagre, azúcar y sal que desprecio con todo mi ser, incluso más que al "Edguar Cúlen" y su pandilla de vampiros homosexuales, si, así es, Dios astutamente había vertido sobre mis papas cachu (Charla con mi alma: Mi alma.- Osmar...Se dice Ketchup o Catsup en su defecto. Osmar.-¡Calla! Tu sólo eres un producto de mi imaginación, yo le quiero decir cachu...suena más coloquial.), ¡No lo podía soportar! Le había perdonado lo de la predicadora, la puerta atrancada y la música cristiana, pero ésto ya era personal, algo debía hacer, algo debía idear, así que tras devorar mi suculenta hamburguesa y mi gaseosa de manzana me dirigí a mi habitación, ahí tendría tiempo de idear una letal venganza contra él.
Encendí mi ordenador adquirido en el reino de Globians a un costo económico e ingrese a mi cuenta de Mesenyer (La nueva versión de MSN que sólo los altos mandos de Globians podemos obtener), mi sorpresa fue el ver emerger una amistosa ventanita en la parte inferior derecha de mi monitor que contenía el enunciado "Tiene 2568 mensajes en la bandeja de entrada", un mensaje más que la última vez que había ingresado, por un momento me sentí querido, pero exactamente .02 segundos después supuse que era otra de esas estúpidas presentaciones cursis de powerpoint, con curiosidad di clic sobre la ventanita e inmediatamente vi un mensaje que decía "¡Atención estúpido globero!" pensé seguramente se trataba de algún cliente inconforme por los precios en los artículos de antisociales que me dedico a vender en Globians, pero para mi desgracia no era así, el mensaje completo se leía más o menos así "Tenemos a vuestro capataz bajo nuestro poder MUAJAJA! si quereis verlo nuevamente traed a nosotros las 7 esferas del dragón, nos veremos mañana justo antes del ocaso en las penumbras del gran Valle Verde." Aquello parecía ser el fin, no volvería a ver a mi buen capataz, me sentía arrebatado, abatido y con una pizca de coraje, la cual fue suficiente para aventurarme al rescate de mi buen capataz, ¡Debía recolectar las 7 esferas del dragón o dejaba de llamarme Osmar el Globero! Pero, ¿Dónde habría de buscar? Ja! la respuesta justamente frente a mi aguardaba, después de una breve charla con mi Dios, al que los mortales osan llamar "Google", fuí encaminado a un portal llamado "Youtube" (que es algo similar a la televisión con la diferencia que tu elijes que hay que ver), ahí fui iluminado, recibí un tutorial para la fabricación del radar del dragón y tras 5 minutos de poner a prueba mis destrezas como ingeniebrio finalmente construí una navaja suiza, que como herramienta contenía el radar del dragon.
Lo encendí y de inmediato indicó los lugares en cuales habría de buscar. Al parecer sería una odisea complicada, pues las esferas se encontraban en los lares mas viles sobre la Tierra: Las siniestras lomitas, La eirinain (Donde se dice que un ejército de 89 churpias amantes del sharpie y el reggaeton resguardan la esfera) ; La once (Donde 11 guerreros calvos, amantes del arte corporal y mural, esperan hambrientos por almas inocentes.), Punta Banda (Sus habitantes cuentan con habilidades sobrenaturales, se dice que son capaces de varar tripulaciones enteras mentalmente), Lomalinda, La popular y Márquez de León. Todos ellos territorios abominables y no aptos para débiles guerreros, por suerte soy un globero, por mis venas corre la sangre elegida para derrocar a los guerreros más temibles existentes, así que tomé mi réplica de la espada de Excalibur, vestí mi armadura y me encaminé hacia la aventura, mi buen capataz esperaba por mí...bueno, lo haría a la mañana siguiente pues una noche de perversión en las tavernas más prestigiosas del reino aguardaban por vuestro humilde globero.
¡Esperad por mi, mi buen capataz!

1 comentario:

Carla dijo...

No te preguntes como llegué a tu blog pero estas historias me parecen geniales *-*
Reí en todo momento.